Las redes anticaídas para naves industriales son sistemas de seguridad diseñados para prevenir caídas y proteger a los trabajadores y las mercancías almacenadas en entornos industriales. Estas redes se instalan estratégicamente en las áreas de trabajo elevadas, pasillos o estructuras dentro de las naves, formando una barrera protectora.
Las redes anticaídas para naves industriales están fabricadas con materiales resistentes y duraderos, como polipropileno o nailon, capaces de soportar cargas significativas. Se instalan mediante sistemas de anclaje seguros para garantizar su estabilidad y efectividad.
Estas redes ofrecen una serie de beneficios importantes. En primer lugar, brindan una protección eficaz contra caídas, tanto de personas como de objetos, reduciendo el riesgo de lesiones y daños materiales. Además, mejoran la seguridad general del entorno de trabajo, lo que conlleva un aumento en la confianza y la productividad de los empleados.
Las redes anticaídas también contribuyen a la optimización del espacio en las naves industriales, ya que permiten el almacenamiento en alturas elevadas sin comprometer la seguridad. Además, al prevenir caídas de mercancías, ayudan a evitar costosos daños a los productos y a mantener una mayor integridad del inventario.
Es importante destacar que las redes anticaídas para naves industriales deben ser instaladas por personal capacitado y seguir las normativas de seguridad vigentes. Además, se recomienda realizar inspecciones regulares para asegurar su correcto funcionamiento y mantenimiento.
En resumen, las redes anticaídas para naves industriales son una solución efectiva y confiable para proteger a los trabajadores y las mercancías almacenadas en entornos industriales. Ofrecen seguridad, eficiencia y tranquilidad, asegurando un ambiente de trabajo más seguro y productivo.
Como se había comentado una red anticaidas es básicamente una red de seguridad, la cual es soportada por una cuerda perimetral u otros elementos de sujeción o combinación de ellos, diseñados para recoger personas que caigan desde cierta altura.
Para que una red garantice la vida o la salud de los trabajadores a los que supuestamente protege, debe satisfacer los siguientes requisitos:
Conseguir interrumpir una trayectoria de caída, supone poder definirla previamente, para lo cual contamos con una herramienta muy útil: el Gráfico de la Curva de Caída desarrollada por el I.N.R.S. francés, (Institute National de Recherche et de Securité), según el cual la caída de una persona no sigue una trayectoria vertical, sino que por el efecto conjunto de la acción de la gravedad y de la velocidad horizontal inicial que determina la caída, dicha trayectoria es una parábola. De este modo, tras localizar el punto de posible caída, puede establecerse la anchura necesaria de la red de recogida en función de la velocidad inicial y de la diferencia de nivel entre éste y la red.
Las curvas del gráfico dan la anchura de las superficies de recepción para velocidades iniciales horizontales de 2m/s (trazo continuo) y 3m/s (trazo discontinuo). Estas curvas, corresponden a las trayectorias del centro de gravedad de un hombre que cae desplazado 0,5 m. hacia fuera de la construcción. En el gráfico anterior podemos notar, que para una diferencia de nivel de 3 metros, la separación de la trayectoria respecto de la vertical del punto de caída es de 2,30 y 3,20 metros, valores que para un desnivel de 6 metros pasan a ser de 2,70 y 4,10 metros respectivamente.
Esto se puede conseguir, asegurando tres condiciones:
1.- Que no haya sobre la red materiales caídos previamente, contra los cuales se pueda golpear, lo que exige una permanente limpieza.
2.- Que junto o bajo la red, no exista ningún objeto contra el que pueda chocar durante el desplazamiento vertical o inclinado que se produce en la recogida
3.- Que los esfuerzos sufridos por su cuerpo no adquieran valores que éste no pueda soportar.